Recomendacion ante una OLA DE CALOR

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Ante la ola de calor de estos días hay que ser más cuidadosos que nunca con los efectos del sol en nuestra salud, desde la hidratación, a las comidas y la actividad física.

El calor en verano es normal y, lógicamente, todo el mundo lo espera, pero muchas veces se nos olvida que hay tomar una serie de medidas para evitar sustos y viene bien recordar cómo combatir los efectos de una ola de calor.

La degeneración de la capa de ozono y los diferentes indicadores de cambio climático son hechos probados que han afectado de manera grave al medio ambiente y, de paso, han hecho que las consecuencias de estas subidas del termómetro sean más dañinas para nuestra salud. Esta semana viene una ola de calor extremo y hay que estar preparados.

El calor no afecta a todas las personas por igual. Los grupos más vulnerables son los menores de 4 años, los más mayores, las embarazadas, los enfermos crónicos fuertemente medicados, los discapacitados y los que padecen de sobrepeso. En todos esos casos hay que acentuar las precauciones que, por otra parte, sirven para todos:

 

– Se deben beber abundantes líquidos no azucarados. Beber mucha agua y comer fruta.

– Utilizar protector solar con un mínimo de factor de protección solar (FPS) de 15, aunque mejor si es superior.

Moderar el consumo de alcohol y cafeína (hacen perder más líquidos)

– Hacer más comidas ligeras como ensaladas.

– Usar ropa ligera y suelta, llevar gorros o sombreros en las horas centrales del día, usar calzado cómodo.

– En las horas de sol alto, entre las 11.00 y las 17.00, es mejor evitar el ejercicio de alta intensidad y moderar los paseos al sol.

– Hay que tener mucho cuidado con los cambios bruscos de temperatura: cuando se pase al frío industrial, debe ser de manera gradual.

En los viajes hay que parar cada menos tiempo, y llevar siempre líquidos para reponer fuerzas.

 

 

Golpes de calor

En caso de tener que asistir a una persona con golpe de calor, además de buscar ayuda inmediata de profesionales, hay que atender en primera instancia a la persona afectada bajándole la temperatura corporal: se le debe llevar a un lugar fresco y aplicarle paños húmedos en las sienes. Si tiene vómitos, hay que ladearle la cabeza y mantener libres las vías aéreas.

Precaución especial para bebés, niños y ancianos

Con los bebés y niños hay que ir un poco más allá en las precauciones. Para empezar, los líquidos. La cantidad de agua diaria que debe beber un niño es de entre 50-60 ml por cada kilo de peso, es decir medio litro de agua para un bebé de 10 kilos, por ejemplo.

Hay que anticiparse a la sensación de sed. Los expertos recomiendan darles agua, jugos naturales o lácteos cada dos horas.

Para hidratar la piel de los bebés en caso de que aún no se metan en la piscina o el mar, el adulto responsable debe poner agua en su mano y pasársela al bebé por los brazos, las piernas y especialmente, por la cabeza y la nuca, donde los niños suelen sudar más. Por supuesto, siempre debe aplicarse una buena crema de protección solar.

En las personas de edad más avanzada, la necesidad diaria de agua y otros líquidos es de al menos dos litros diarios. El problema es que tienen menos sensación de sed, por lo tanto hay que animarles a que ingieran ese líquido necesario aunque no sientan la necesidad de hacerlo. En casa, si es posible, hay que optar por el aire acondicionado si se tuviera o cerrar ventanas y persianas en las horas de máximo calor. En cuanto a los saludables paseos, mejor a primera hora de la mañana o última de la tarde, para que no se acentúen problemas vasculares o cardiacos.

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